jueves, 15 de noviembre de 2012


La pareja puede tener relaciones sexuales con toda libertad durante los tres primeros meses de embarazo, a menos que exista alguna contraindicación del ginecólogo. 
























El sexo durante el embarazo no se debe abandonar. No hay que temer perjudicar al bebé,los papás pueden tener relaciones sexuales en cualquierpostura sin que el bebé o la mamá corran ningún tipo de riesgo. El cuello del útero permanece cerrado por completo durante todo el embarazo y no deja llegar hasta el niño absolutamente nada procedente de la vagina. También hay que tener en cuenta que el líquido amniótico sirve perfectamente de amortiguador.
Además, durante la penetración, el órgano sexual masculino no puede alcanzar el cuello del útero, que sigue bien cerrado. Todo esto es así, siempre y cuando no se trate de un embarazo de riesgo natural, naturalmente.
Por otro lado, durante la relación sexual, el feto recibe algunos beneficios físicos: su latido cardíaco disminuye para aumentar luego de inmediato, y sus movimientos se vuelven más lentos para volver a patear animadamente inmediatamente después de haberse producido el orgasmo de la madre.
Eso sí, conviene evitar todos los movimientos violentos y no oprimir excesivamente el pecho de la mujer. La barriga todavía sigue siendo plana y no tiene por qué limitar las relaciones sexuales.
La actividad sexual durante el embarazo también provoca un mayor aporte de sangre a los músculos de la pelvis de la mujer, lo que permite que aumente la cantidad de oxígeno destinada a la placenta y, por lo tanto, que obtiene con ello un mayor bienestar.

Sexo y embarazo en el primer trimestre: los cambios en la mujer

Durante el primer trimestre del embarazo, se inicia un intenso trabajo de adaptación al futuro papel de madre. Un niño despierta emociones contrapuestas. En algunas ocasiones, la idea de tener un hijo llena tanto a la mujer que durante el embarazo deja de sentir el deseo sexual.

Durante el embarazo, la piel tiene más brillo y transparencia, los cabellos son más espesos y brillantes, y el pecho y las caderas se redondean. Las transformaciones sufridas por su cuerpo embellecen a la mujer y hacen que se sienta más deseada durante el primer trimestre del embarazo.

Esto se debe a la labor desempeñada por las hormonas del embarazo, en especial los estrógenos y la progesterona. También se debe a estas sustancias que la mujer sufra náuseas, vómitos y cansancio durante las primeras semanas, trastornos que no animan a mantener relaciones sexuales.

Las hormonas del embarazo también influyen en el olfato y en el gusto. Así, de repente, tanto el perfume como el sabor de la pareja pueden dejar de agradarnos.
Asimismo, durante el embarazo aumenta la afluencia de sangre a los genitales, cosa que hace a la mujer estar muy dispuesta a mantener relaciones sexuales. Además, el pecho está estimulado por las hormonas, se pone más tenso y es más sensible al tacto.

Sexo en el primer trimestre: los miedos del papá

El futuro padre puede sentirse intimidado por tener que enfrentarse a la nueva vida que está tomando forma en el vientre de su pareja y perder el interés sexual.
Con el fin de evitar situaciones desagradables, lo más sencillo consiste en hablar abiertamente con la pareja, para intentar averiguar qué razones han determinado la mengua y la pérdida del deseo.

De esta manera, pueden descubrirse los temores y disiparse las resistencias. Es posible que el ejercicio del sexo no resulte extraordinario durante el resto del embarazo, pero la pareja habrá obtenido una importante confirmación de su amor.

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Chikita